viernes, noviembre 09, 2007

El desastre



Luis Javier Garrido

La catástrofe de Tabasco, generada por la corrupción del gobierno de facto calderonista, y agravada por su ineptitud, está también mostrando las consecuencias fatales de las políticas de privatización.

1. La inundación de tres cuartas partes del estado de Tabasco por los ríos Grijalva, Carrizal y Samaria, luego del desbordamiento provocado de la presa Peñitas (30 de octubre), que ha producido más de un millón de damnificados, la pérdida de la casi totalidad de los cultivos, daños irreparables a la infraestructura estatal y pérdidas incuantificables en todos los órdenes, constituye una de las mayores catástrofes de la historia moderna de México y está poniendo de relieve las graves consecuencias de las políticas privatizadoras.

2. Las catástrofes de esta magnitud suelen mostrar la verdadera naturaleza del poder económico y político, y la de Villahermosa y 11 municipios más no está siendo la excepción, pues al evidenciar la corrupción del gobierno espurio de Calderón, el abandono en que tiene la infraestructura hidráulica, sus tejemanejes para entregar el control de la industria eléctrica a corporaciones del exterior o la inexistencia de un plan nacional de protección civil, pone en alerta al pueblo sobre el costo que representa en vidas humanas desmantelar los aparatos estatales.

3. Los panistas buscan como fanáticos neoliberales reducir el Estado a su mímima expresión y con esa lógica suponen en los hechos que ya no existe, desconociendo sus propias responsabilidades constitucionales. En 2004, la exigencia de que el gobierno aplicase la ley tras la toma de las instalaciones de Canal 40 por un comando de Tv Azteca llevó a Fox a pronunciar su famoso “¿Y yo por qué?” En 2007, luego de que miles de tabasqueños víctimas de las inundaciones pidieron ayuda, a Calderón se le ocurrió culpar del desastre al “cambio climático”, lanzar una campaña contra los ex gobernadores priístas y dirigir un mensaje televisado a los mexicanos solicitándoles que ayudaran a Tabasco: es decir, que el Estado no tiene para él responsabilidad alguna.

4. La excepción la hizo, sin embargo, poco después, al prometer ayuda “a los empresarios”, y si Fox ofreció tras los ciclones de 2006 todo su apoyo a los hoteleros de Cancún y se desentendió de las decenas de miles de damnificados en Chiapas, en 2007 Calderón hizo lo mismo.

5. Los analistas en todo el país han subrayado la ineptitud del gobierno espurio ante la tragedia, y su intento de utilizarla políticamente, y, sin embargo, Calderón sigue tratando con oportunismo de sacarle provecho político. La ineptitud va de la mano de la estupidez, y su foto posada simulando sonriente que está cargando cajas de víveres (1º de noviembre) mientras es evidente que no hay una respuesta del Estado a la altura de la tragedia, constituye un nuevo agravio para los mexicanos. continuar leyendo

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