Luis Javier Garrido
¿Va la UNAM hacia una privatización más abierta?
1. El proyecto neoliberal, impulsado por Washington y el gran capital financiero a través de los organismos financieros creados por la Organización de las Naciones Unidas (el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) e incluso a través de entidades culturales desvirtuadas de sus objetivos originales (la UNESCO), ha tenido como objetivo el desmantelamiento de las entidades públicas del planeta, y entre éstas aparecen como enclaves estratégicos las que se fueron creando en México durante los primeros regímenes posrevolucionarios: no sólo las empresas estatales (Pemex) y las grandes entidades públicas (el IMSS), sino de manera particular las universidades públicas, y entre éstas de manera especial la UNAM: la universidad más importante de América Latina.
2. Los cuatro rectores neoliberales que ha tenido la máxima casa de estudios de México –Jorge Carpizo (1985-1989), José Sarukhán (1989-1997), Francisco Barnés de Castro (1997-1999) y Juan Ramón de la Fuente (1999-2007)— han buscado todos desmantelar el proyecto histórico de la UNAM, privatizándola y poniéndola al servicio del gran capital, y todos sin excepción han debido enfrentarse a vigorosas respuestas de la comunidad universitaria impidiéndoles avanzar en sus designios.
3. El Movimiento Estudiantil y Popular de 1999-2000, encabezado por el Consejo General de Huelga (CGH), que constituyó un verdadero parteaguas en la historia de las universidades latinoamericanas, constituye desde entonces el referente fundamental. No obstante enfrentarse el movimiento al gobierno federal –empecinado en instaurar cuotas y privatizar la educación superior en contra de los principios constitucionales e históricos del país–, y a los partidos políticos que sin excepción avalaron su negativa al diálogo e impulsaron una “solución de fuerza” con el apoyo de la casi totalidad de los medios, fue un movimiento victorioso, pues logró detener la ofensiva privatizadora y obligó al Consejo Universitario y a la rectoría a echarse atrás y a respaldar las tesis del movimiento.
4. El triunfo del CGH, a pesar de la cárcel que sufrieron muchos de sus integrantes, puede constatarse al observar el comportamiento de los actuales suspirantes por la rectoría, que defienden todos la tesis central del movimiento sobre la universidad pública gratuita, cuando ocho años atrás casi todos se manifestaban partidarios de las cuotas, enemigos del diálogo e incluso partidarios del uso de la fuerza.
5. La situación actual no debe, empero, soslayarse. La gestión de De la Fuente constituyó, no obstante lo acontecido y a pesar de lo que dice la descomunal propaganda de la rectoría, un periodo de regresiones, ya que la privatización prosiguió de manera callada, pues de los programas de estudio se han suprimido disciplinas que no convienen al capital privado y la investigación está cada vez más financiada por corporaciones y al servicio de éstas; se han ampliado cuotas de servicios, exámenes y procesos de titulación; las instalaciones universitarias se hallan subutilizadas en un país que reclama un crecimiento de la matrícula, y la corrupción se ha incrementado como el autoritarismo, que ha llevado a que decenas de estudiantes hayan sido expulsados por motivos políticos. Continuar leyendo
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal