Presiones brutales de EU para rematar a Pemex

Llego Halliburton

Alfredo Jalife-Rahme

Como era de esperarse -porque lo habían anunciado sin tapujos- el régimen torturador bushiano arreció las presiones para obligar el remate de la paraestatal PEMEX a contracorriente histórica de lo que está sucediendo en el mundo donde las empresas estatales han desplazado en forma espectacular a las trasnacionales privadas anglosajonas como consecuencia de la derrota militar de EU y Gran Bretaña en Iraq.

Hoy, al contrario del entreguismo patente del híbrido calderonismo pansta-delamadridisra-aznarista cada vez más militarizado y liberticida (v .gr la defenestración de Carmen Aristegui por el cuñado de Calderón, el siniestro Juan Ignacio Zavala Gómez del Campo, a cargo de la emoresa española PRISA que pose la mitad con Televisa de Radiopolis donde ejercía su oficio crítico una de las mejores periodistas de Latinoamérica), en el mundo ha resucitado al nacionalismo petrolero y gasero como han demostrado Rusia, que ha regresado gracias al genio geopolítico de Vlady Putin, al primer sitial mundial, y la OPEP -dotada de pletóricos ingresos- que en forma inteligente ha marcado sus límites en las relaciones con EU.

No podemos pasar por alto que cuando Calderón fue un infortunado Secretario de Energía durante el aciago sexenio foxiano que dilapidó la riqueza (y la democracia) de México, fue a regañar a la OPEP—donde México funge de “observador”—para disminuir el precio a US23 el barril que hoy ha rebasado la barrera sicológica de los US$100: se equivocó más de 4 veces con un ingreso del que depende el fisco mexicano en 40%, lo que demuestra fehacientemente que Calderón no sabe absolutamente nada de petróleo y solamente sigue las órdenes de EU (y de España, cuya empresa trasnacional Repsol, por cierto, al borde de la quiebra, está siendo sacada a patadas de Sudamérica).

Así las cosas se desprende que no existe un estudio de factibilidad “costo-beneficio” para argumentar a favor del remate de PEMEX a favor de las trasnacionales texanas e hispanas de las que fue coyote (cabildero en mexicano)el actual director de PEMEX Jesús Reyes-Heroles-Gonzalez Garza—quien por cierto fue un fracasado Secretario de Energía con Zedillo.

Son tres los factores que mueven al híbrido cuan entreguista calderonismo panista-delamadridista-aznarista para rematar a PEMEX al peor postor y al mejor impostor por la puerta trasera: 1-el lucro insaciable de una camarilla (en lomaje al caderonista Ruben Camarillo, Secretario del Comité de Energía del Senado junto a Francisco Labastida Ochoa quien fue el encargado, otro fracasado, de la cartera petrolera con Miguel de la Madrid) que controla el poder en México desde hace un cuarto de siglo (con los peores resultados y gracias a la connivencia de EU) que pretende rematar PEMEX para arrancar jugosas comisiones, como lo han realizado en el pasado inmediato; 2-su fundamentalismo neoliberal: hay que privatizar sea como fuere, pese a que el modelo pernicioso del neoliberalismo global se encuentra agónico a escala planetaria; y 3-las presiones geopolíticas de EU que busca capturar el petróleo y gas de México que no pudo obtener en el Medio-Oriente por la vía militar.

¿Resucitará el nacionalismo petrolero mexicano 70 años después?