martes, septiembre 18, 2007

Los golpistas


La caja idiota y enojada

Por Juan Luis Hernández

En sucesivas ocasiones los concesionarios de los medios, especialmente el duopolio televisivo, han demostrado su capacidad golpista frente a las instituciones incipientemente democráticas del país. Así, TV Azteca se apoderó ilegalmente de Canal 40 como un cártel se apodera de un territorio con la complacencia del gobierno federal en turno. Así, Televisa impuso sus intereses en la Ley de Radio y Televisión el año pasado en plena campaña presidencial. Así, Radio Centro, el monopolio del cuadrante, ha eludido la ley y de paso ha intentado aniquilar la opción que representaba el Monitor de Gutiérrez Vivó. Los principales dueños de la TV y la radio operando en el país a sus anchas, con las instituciones del Estado a su servicio o, en el mejor de los casos, mirando hacia otro lado.

No caben los adjetivos en este espacio para calificar lo presenciado la semana pasada con motivo de las discusiones en torno a la reforma electoral. Sólo utilizaré uno: golpistas. Los principales dueños de los medios electrónicos, encabezados por la artillería duopólica televisiva, se desnudaron sin rubor frente a la sociedad mexicana para mostrar de lo que son capaces con tal de preservar sus privilegios, conseguidos la mayoría de ellos con presiones, chantajes, esbirros disfrazados de legisladores.

Los días 11 y 12 de septiembre el duopolio televisivo abanderó inusitadamente una lucha “por la libertad de expresión” y lo más interesante fueron los insignes oradores de tal proeza: Paty Chapoy, Javier Alatorre, Pedro Ferriz de Con, Sergio Sarmiento, Joaquín López Dóriga… La noche del 11 de septiembre en el noticiero del Canal 2 ellos eran noticia, sus sentidas preocupaciones había que compartirlas con el público. Nunca antes se les vio defender con tanta vehemencia, y con tanta organización, el derecho a ser escuchados, nunca antes se les vio acusar con tanta energía a la partidocracia.

Al día siguiente, la joya de la corona: Sarmiento leía un comunicado, esta vez desde las montañas de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión, para exigir que en una consulta el pueblo de México opinara sobre la reforma electoral. Ya entonces tenían al Partido Verde y a Convergencia como sus principales aliados. El duopolio televisivo veía que las comisiones unidas del Senado no echaban para atrás la reforma más importante en la historia de la legislación electoral en los últimos años: sacar al dinero y a los medios electrónicos de las campañas. Eso en pesos y centavos representa que Televisa y TV Azteca ya no obtengan casi 10 por ciento de sus ingresos anuales por los spots que los partidos contrataban durante las campañas.

Sí consiguieron, en cambio, que se modificara el artículo constitucional que prohibía el uso de adjetivos sobre candidatos y partidos (se sugiere ver la contundente argumentación de Paty Chapoy al respecto). Con esto los conductores de noticiarios podrán seguir contribuyendo con sus editoriales a las guerras sucias electorales y, de paso, seguir imponiendo a partidos y candidatos lo que es conocido como “págame para que no te pegue”. Leer más

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