miércoles, septiembre 12, 2007

Atentados al sentido común


De telenovela
Eduardo Ibarra Aguirre

Súbitamente, los consejos de administración de Televisa y Televisión Azteca se declararon -por medio de sus empleados Joaquín López-Dóriga y Luis Niño de Rivera- completamente desinteresados de los recursos económicos que reciben de los partidos políticos, éstos del Instituto Federal Electoral, y éste de nuestros impuestos. Ocho de cada 10 pesos del financiamiento de los partidos se destina a publicidad y siete de ellos a pagar anuncios en televisión, según Jenaro Villamil Rodríguez (Proceso, 2-IX-07, pp. 22-29 ).


Además, sin inmutarse se presentaron como paladines de la democracia política y dispuestos a emprender una cruzada por su mantenimiento y ampliación.

Ofender la inteligencia de los mexicanos era y sigue siendo la conducta característica del duopolio televisivo.

El país cambia gradualmente, en particular desde que se inició el largo y sinuoso ciclo de la transición a la democracia, en 1977, y a los magnates que representan Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego sólo se les ocurre travestirse como demócratas de toda la vida, cuando el más desinformado de los ciudadanos sabe y sufre su condición de consorcios forjados al amparo del poder público, ya como subordinados –soldado del PRI, Emilio Azcárraga Milmo dixit- ya como generales de división del sistema político y de Los Pinos -con independencia de quien despache allí: hombre, mujer o pareja presidencial, sobre todo si fue demasiado dadivosa de lo ajeno- que someten a la República y la ciudadanía a contiendas electorales de anuncios televisivos, candidatos triunfadores alineados -y hasta alienados- a sus intereses y la mismísima realidad sólo adquiere certificado de existente si es registrada por la caja idiota, como la bautizó Carlos Monsiváis Aceves. Leer más

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