México, guardián yanki contra los centroamericanos

Entre 2000 y 2005, las autoridades migratorias mexicanas endurecieron los controles para detener a centroamericanos indocumentados.En ese lapso, las estaciones migratorias repartidas a lo largo del territorio mexicano pasaron de 25 a 52, cuya ubicación coincide con las rutas de paso de los inmigrantes irregulares. La vigilancia aumentó en la parte sur mexicana, con 25 retenes y 21 controles migratorios.Rodolfo Casillas, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), encuentra coincidencia entre las políticas de seguridad de México y Estados Unidos luego de los ataques a Nueva York y Washington en septiembre de 2001."Después de esa fecha, se puede identificar una convergencia entre México y Estados Unidos", expuso el académico.Entre mayo de 2005 y abril pasado se duplicaron las capturas de indocumentados, de 152 mil a 240 mil personas, cuyas nacionalidades son recurrentes: de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.Además, el endurecimiento de las medidas migratorias parece guardar relación con el aumento de denuncias a violaciones de derechos humanos. Casillas observa una subida en ese tipo de quejas, de 1003 en mayo de 2005 a 1558 en abril pasado."Entre las más frecuentes están las amenazas, los robos y las corretizas –cuando los migrantes corren detrás del ferrocarril para trepar-", reseña Casillas.Entre los mayores acusados de esos actos figuran guardias privados del tren al cual los inmigrantes se suben, policías municipales, agentes migratorios y miembros de la Policía Federal Preventiva (PFP).
¿De aliado solidario a vigilante?"¿Cómo en 10 años México se convirtió de amigo a estado policial"?, se quejó el Padre Flor María Rigoni, director de la Casa del Migrante "Albergue Belén" –un sitio que se dedica a atender a migrantes, especialmente a quienes han sufrido amputaciones al caerse del tren-, en Tapachula.El religioso recordó la época en que esta nación norteamericana dio refugio a unos 200 mil guatemaltecos que huían de la represión del Ejército guatemalteco en contra de las comunidades indígenas."No se puede justificar que las mercancías tengan libre paso mientras otros se quedan mirando tras las rejas o tengan que convertirse en máquinas para cruzar un umbral prohibido", criticó Rigoni, quien acumula dos décadas de trabajo con inmigrantes en los límites norteño y sureño de México.La Ley de Seguridad Nacional, aprobada el año pasado por el Congreso, determinó que el Instituto Nacional de Migración (INM), el cual ha tenido cinco directores desde 2000, sea considerada como una instancia de seguridad nacional.Las medidas aplicadas por el gobierno mexicano, según el investigador de FLACSO, afectan a los centroamericanos y algunos nacionales de Asia y aumenta su vulnerabilidad a actos arbitrarios. "La migración sigue siendo subordinada en la agenda bilateral con Estados Unidos e internacionalmente, especialmente en la frontera sur", aclaró."¿México se ha vuelto el guardián de Estados Unidos en contra del sur de la frontera?", volvió a preguntarse el padre Rigoni.
Fuente: Emilio Godoy, diario Prensa Libre, de Guatemala. Desde Ciudad de México.
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